Abrí mis ojos, lo primero que vi fue el incandescente sol, me levante del suelo, sentí un cosquilleo en el estomago, no sabía que había pasado, estaba muy aturdida y confundida. Mire a mi alrededor, estaba como en una especie de laberinto, comencé a caminar buscando una salida y me encontré con un erizo Azul con armadura dorada que al parecer me miraba con rabia
Ven conmigo-dijo el caballero de armadura dorada
No sabía si, ir con él o quedarme varada ahí, así que lo seguí sin más. Caminos como por tres horas sin encontrar salida así que me detuve
¿A dónde me quieres llevar?-dije muy cansada
El caballero se volteo y me señalo una parte del laberinto voltee y luego desapareció. Sin nada que decir seguí la indicación, camine y camine y no encontré nada todo estaba en silencio hasta que comencé a escuchar la risa de una niña y luego ella apareció la pequeña niña de la fuente, la seguí pero la pequeña corría muy rápido y no la pude alcanzar, sentía mucha tristeza quería llorar pero no me lo permití yo nunca lloro por nadie ni nada. Seguí caminando hasta que de la nada me encontré con un erizo negro con armadura plateada
Ven conmigo tengo algo que mostrarte-dijo tomando mi mano
Corrimos lo más rápido o yo corrí lo más rápido que pude hasta llegar a la salida de ese laberinto donde el caballero de armadura plateada se detuvo y beso mi mano seguido de una reverencia y desapareciendo ante mis ojo dejándome tan roja como una rosa. Ahí en la salida me contente mucho, sentí que toda esta pesadilla se había acabado hasta que de la nada aparece la pequeña niña acompañada por otro niño un poco mayor que ella seguido aparece la bella señora del retrato de la casa, abrazando a los dos niños con mucho cariño hasta que una ráfaga de humo negro se los lleva dejando solo gritos de auxilio que se desvanecieron en el aire...
1 comentario:
excelente historia amiga lo haces muy bien me gustaria leer ya el siguiente ^w^
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